¿A quién no le ha salvado una noche de pereza en la cocina?, ¿quién estaba ahí para decirnos que ese no era un desayuno normal? Fácil, rápida y con mil millones de posibilidades.
Hablamos de nuestro amiga la tortilla... Pero no hoy traemos una tortilla cualquiera. Traemos la Tamagoyaki, un nombre que delata su origen. Se puede rellenar de infinidad de cosas. Nosotros barremos para casa, y escogemos jamón y queso de cabra. (Rubén siempre está preparado para un ataque nuclear y son alimentos impresicindibles en su nevera...)
El único ingrediente que se sale del guión habitual de nuestras cocinas es el mirin, un vino blanco (aviso a navegantes, que no es muy recomendable intentar pillarse una cogorza con él, porque tiene muy poco alcohol), que se usa como condimento en numeras preparaciones del país nipón. En cualquier tienda de productos asiáticos lo encontraremos.
- Batimos el huevo.
- Añadimos una pizca de sal y un poco de azúcar (es increible lo que nos aporta. La cantidad dependerá del relleno. En nuestro caso una pizca).
- Calentamos una sarten antiadherente, impregnada de aceite de oliva.
- Cuando esté bien caliente. Hacemos la tortilla como si de un crep se tratase. Hay que tenerle pillado el punto a la sarten para no liarla...
- Vuelta y vuelta y la sacamos de la sartén.
**Notas
- Las recetas tradicionales japonesas no voltean la tortilla en la sarten, sino que la enrollan sobre si misma en la misma sarten.
- El mirin puede sustituirse por un vino blanco suave sino estamos por la labor de invertir 3 euros en una botella de mirin. (Comprarla y así os animais con un teriyaki casero...)
Ingredientes
- Huevo
- Sal
- Azúcar
- Mirin
- Salsa de soja
Utensilios
- Sartén antiadherente
Música
Juanitos - She Dance Flamenco